Buscar

lunes, 9 de febrero de 2015

Le gusta quererle.




Le gustan los días soleados con un poco de aire , el justo para que haga volar un mechón de pelo.
Le gusta andar por la orilla de la playa, notar la tierra húmeda en los pies y notar ese fresquito que recorre todo su cuerpo al tocar el agua helada. 
Cuando el tiempo le daba oportunidad, cogia su pañuelo y se sentaba en la arena contemplando esa maravillosa vista que tenía frente a ella, mientras imaginaba su mundo feliz.
Le gusta llegar a casa, quitarse la ropa, desmaquillarse, ponerse una camiseta cómoda, un pantalón ancho y recogerse el pelo con la intención de hacer un moño medio en condiciones.
Le gusta estar frente a una chimenea, tapada con una manta y oler ese olor a todo está bien, a esa sensación de tranquilidad y ser feliz.
Le gusta él.
Le gustan las tazas grandes repletas de cereales con leche caliente.
Le gustan los almuerzos hasta las seis de la tarde en algún lugar del mundo.
Le gusta el frío.
Le gusta que vuelva después de sus ausencias.
Le gusta  el ruido del papel al arrugarlo y el olor a gasolina.
Le gusta ver a la gente sonreír, verle sonreír, que le hagan cosquillas, que le busquen y que le besen, que le bese.
Le gustan los paseos donde apenas no hay nadie.
Le gustan las indecisiones de él, aunque estas le lleve a la locura.
Le gustan los buenos días, las buenas tardes y las buenas noches, pero contigo. 
Le gusta su olor.
El olor que dejó aquella mañana impregnada en la almohada... la misma almohada que abraza cada noche para sentirle cerca... pero no es lo mismo, no hay calor.

Le gusta.
Le gusta quererle.

No hay comentarios:

Publicar un comentario